Saturday, August 02, 2003
Erotismo del supermercado III
-¿Encontró usted todo lo que buscaba?
-Casi. Solo me falta un poco de tí.
(Ella se sumergió en la mirada contundente del tipo aquel; quiso tomarlo de la mano, preguntarle si la podría invitar una copa del vino chileno que acababa de comprar. La música que sonorizaba Bodega Aurrera -y que ella conocía a la perfección- era ideal para enamorarse. Por su cuerpo pasó una frenética necesidad de atacarlo a chupetones)
-¿Perdone usted señor?
-No. Nada. Sí encontré todo. Gracias.
Pasaron las quincenas. Nunca se volvieron a ver.
-Casi. Solo me falta un poco de tí.
(Ella se sumergió en la mirada contundente del tipo aquel; quiso tomarlo de la mano, preguntarle si la podría invitar una copa del vino chileno que acababa de comprar. La música que sonorizaba Bodega Aurrera -y que ella conocía a la perfección- era ideal para enamorarse. Por su cuerpo pasó una frenética necesidad de atacarlo a chupetones)
-¿Perdone usted señor?
-No. Nada. Sí encontré todo. Gracias.
Pasaron las quincenas. Nunca se volvieron a ver.
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